"Queremos hacer explícito nuestro descontento por la falta de voluntad política en resolver el uso obligatorio del barbijo para los niños y jóvenes en las escuelas", se lee en el encabezado de una carta que la red tucumana de Familias y Padres Organizados por la Educación ha enviado a este diario, luego de que el Gobierno local manifestara que se mantendrá esa medida de prevención de contagios de covid-19 y otras influenzas.
Carina Mondino -vocera de esta agrupación con ramificaciones en todo el país y el mundo y surgida tras el cierre de los establecimientos educativos durante las cuarentenas de 2020- considera que después de dos años de uso prolongado y sostenido, el barbijo ha generado efectos perjudiciales que exceden su potencial beneficio.
"Eso carece de fundamento. Históricamente, ¿cuándo se utilizó el barbijo para evitar una gripe?".
"No solo representa un obstáculo para la comunicación verbal y no verbal, sino que dificulta el proceso de aprendizaje, especialmente en lo referido a la lecto-comprensión", razona. "Además, significa un recordatorio constante de la amenaza de una enfermedad y una sobrecarga en una etapa clave del desarrollo emocional", prosigue Natalia Rezzonico, otra integrante de la agrupación.
Desde la mirada de la psicóloga de la red Florencia Delgado, las medidas restrictivas asociadas a la pandemia han dejado marcas. Entre ellas, en muchos casos y aunque sin generalizar, el lazo social se ha visto dañado, considera.
- ¿Cree que el barbijo no hace bien a la psiquis de los chicos?
- En ciertos chicos, se ha convertido en un recurso para evadir el trabajo de construir una imagen; de darse a ver al otro con los riesgos y beneficios que eso representa. Sin lugar a dudas, afecta la construcción del lazo social.
A su turno, las madres Florencia Frías Silva y María José Galindo apuntan directamente contra el argumento esgrimido por las autoridades nacionales y provinciales, quienes han explicado que aunque los contagios por coronavirus han descendido, los ocasionados por otros virus respiratorios han aumentado. "Eso carece de fundamento. Históricamente, ¿cuándo se utilizó el barbijo para evitar una gripe? ¿No bastaría con chequear la experiencia de otros países donde los niños lo han abandonado?", se preguntan.
Y ejemplifican con un estudio catalán realizado entre 600.000 estudiantes que ha demostrado que estos instrumentos en los ámbitos educativos no se asocian con una menor incidencia de covid.
Una arista todavía más peliaguda que plantean las integrantes de la organización se refiere a las diferencias entre el mundo adulto y el de los niños: "a los chicos les exigimos el cumplimiento obligatorio de esta medida cuando los grandes hemos recuperado una vida casi sin restricciones; es incomprensible que tengan que seguir yendo a la escuela con la cara tapada".
Enseguida y al unísono, Mondino, Rezzonico, Delgado, Frías Silva y Galindo afirman que el barbijo se sigue sosteniendo después de más estudios científicos que han demostrado que las escuelas son lugares seguros, que los niños no son los propagadores del virus y que lo transitan de forma leve o asintomática. "Además, los docentes y no docentes cuentan con vacunación completa. Entonces, ¿por qué seguimos castigando a la población infantil? Simplemente, para que los adultos nos sintamos seguros", preguntan y contestan de inmediato.
Finalmente, mencionan los casos de los países escandinavos; de Inglaterra; de Irlanda; de Bélgica y de Uruguay, entre otros, donde la tendencia se encamina a dejar las mascarillas. "En Tucumán, en cambio, prolongamos la imposición del enmascaramiento infantil. ¿Qué más le vamos a pedir a los chicos que son los que están haciendo el mayor sacrificio? En un mundo adulto céntrico, merecen que sean la racionalidad y la ciencia las que estén por encima de los intereses políticos que les impidan que disfruten de una vida normal", cierra Mondino.
Desde el lunes último, cada una de las 24 jurisdicciones de la Argentina puede decidir si en sus escuelas y colegios el tapabocas será de uso obligatorio u optativo. Ushuaia, Ciudad de Buenos Aires, La Plata y Mendoza anunciaron que ya no iba a ser una exigencia.
En paralelo y en cambio, tras un debate en el Consejo Federal de Salud (Cofesa), del que participaron la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, y sus pares provinciales, se reiteró la recomendación del tapabocas, por el contexto actual de brotes de influenzas. Los gobernantes de Córdoba, San Luis y Santa Fe se expresaron en esa línea y dijeron que prefieren no anticiparse en las medidas de flexibilización hasta que finalice el invierno. También los mandatarios tucumanos optaron por esta postura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no se ha pronunciado concluyente con respecto al uso del barbijo en niños. Incluso, no lo exige en los menores de 12 años.